Bienvenido !

En este espacio encontrarás razones certeras de porque una biblia no puede faltar en tu diario vivir, en el conocerás muchas cosas ocultas, y guardadas tan solo para los que no quieren saber.
Ella es viva y reserva su plenitud para los que la abordan con reverencia, guiandolos a la verdad pura, acerca del comportamiento hacia Dios y hacia el Ser humano.

"Porque no he hablado en secreto, dice el Señor"

jueves, 15 de diciembre de 2011

Mi Amada Biblia.


Mi amada Biblia.



Que me acompaña.... mi compañera.
Mi hermosa realidad....mi sueño cumplido.
Mi delicia de día en día, despierto y agradesco que te conosco.
La verdad plena...nunca imaginada.

Tan suave y tan bonita, acaricia mi alma y la alimenta.
Aguas abundantes, refrescantes en el paraje del desierto.
Te necesito, nunca me faltes.

"No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad"
Sal 119:43

Cierta vez cuando era un joven en el mundo, solo y deprimído tenia el concepto de que yo era bueno; en aquel tiempo, mi mejor amigo empezo a asistir a una iglesia del evangelio y yo decía que él....era un imbecil. Tras un tiempo...sentí curiosidad de saber que era eso de la Biblia, y tomandola me senté a la mesa y abrí el evangelio de Juan, y leyendo a la altura de la crucificción, senti una conmoción espiritual y fisica, hasta que no pude leer mas, llegué hasta donde a Jesús lo coronan de espinas. Hasta ahí llegué...

Todo mi cuerpo se compungió al piso, Sentía claramente una presencia que me doblego la existencia, por dentro humillado, dolido, podía sentir el pecado de mi vida, la suciedad, la rebeldia, la estupidez. Por fuera, el sudor, el doblegamiento de mi estomago hasta estar totalmente doblado en el piso.

Mi boca imploraba perdón, mi alma deseaba una nueva oportunidad. La voz preguntó dentro de mi ser...si todo esto hice por vos...¿Porqué me rechazás?

No había palabras, mis manos se unieron en oración y pedí perdon, mucho...el conocimiento del pecado, la suma del pecado en mi vida me empujaba clamar por perdón, a la vez que sentía su sublime Presencia que me hacía sentir cuan puro era Él y cuan sucio, estaba yo. Cuan digno era Él, y cuan inmerecedor era yo.

Le dije que siempre lo seguiría, que lo serviría, no me bastaban las palabras para describir cuanto yo queria reconciliarme con Él. Llorando y gimiendo sin parar, quebrantado totalmente.

Tiempo despues entendí que de esto habla el Sermon del monte.

"Bienaventurados los que lloran..."

Me levanté del piso...nunca volví a ser la misma persona..estaba exausto, con sueño, me fuí a la cama, pero a la vez, me encontraba en una sensación rara o nueva. Quería saber, saber con todas mis ansias que decía la Biblia. No curiosidad no, era Deseo interior por saber, sabía que si tomaba la Biblia, me iba a satisfacer. Queria conocerla, y a la vez se manifestaba en mi interior un deseo vivo de hacer las cosas bien, como corresponde en todos los ordenes de la vida. Hoy comprendo que ese es el hambre y la sed de la que habla el Sermon del monte.

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia..."

Era otra persona, pero seguía siendo yo, mi mente había cambiado, me avergonzaba el modo de hablar que habia tenido, los deseos que tuve en el pasado, y la forma de ser, las cosas que hacía y que decía.

Sentía que ahora sí era yo. Sentía que podía volver a empezar.
Pensaba en cuantas canciones saldrían de mi ser en las noches, que si lo hacía el estaría mirandome y oyendome. Que si tomaba unos mates, podría hacerlo en oración y junto a la Biblia, aprendiendo, Oh amor deleitoso!! algo nuevo había comenzado, algo que nunca, nunca me habría imaginado, jamás hubiera llegado a alcanzarle.

Sentía la pasión solemne de vivir para Él, de ir a trabajar para Él, de bañarme para Él, de comer para Él, de casarme con mi novia para Él, de tener hijos para Él, de educarlos para Él, de amar a mi esposa, mimarla y respetarla para Él.

"Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder" 2Pe 1:3"

Y Así me hice a la mar con el Señor al timón. Él me dió tres hijos, y vivimos para Él.
Los Domingos o asistimos a nuestra congregación, o Nos quedamos en casa, compartimos la Palabra, o Hacemos una clase con los niños, y partímos el Pan de la Santa Cena.

Por las mañanas, llevo los niños a la escuela, tomo unos mates con mi esposa, y parto para el trabajo, con mi Biblia, la que leo al viajar.

Donde trabajo, estoy solo, soy el único empleado, y eso me da la libertad para orar, adorar, alabar, leer, en mi momento con el Señor. Por la tarde regreso, y una de las cosas que mas me agrada del viaje, es que tengo otra hora y media para poder escudriñar la escritura.

Mi hogar, que Jesús me dió es lo mas parecído al Paraíso, aca en la tierra.

Mi esposa es una gran mujer y compañera, tremendamente hermosa, y tan recatada al hablar y vestir que de lejos inspira respeto.

Todo lo que soy y tengo a Jesús se lo debo, y es de Él.

Bendito sea por los siglos, amén.